Quiéreme esta noche.
Me rogaste que te contemplara a las tres de la mañana, y yo sin saber que hacer le di mis manos a tu cintura. Y que bien le quedaban. Te deje utilizar mi espalda como almohada para agujas. Los rasguños me los llevo con orgullo.
Mírame a los ojos me dices, y me doy cuenta que llevas un ángel en la mirada y mil demonios en la cabeza.
Tus besos conquistando mi cuello me gritan que te quiera esta noche.
Tu cuerpo atrajo al mío con una fuerza que supera a la propia naturaleza. El amor. Y lo hicimos nuestro.
Quien dijo que el amor de una noche no es perfecto, nunca te conoció.
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